Cómo evitar el estancamiento en la pérdida de grasa

Introducción

Perder grasa no siempre es un proceso lineal. Muchas personas comienzan viendo resultados rápidos, pero con el tiempo llegan a un punto donde el peso se detiene o incluso aumenta ligeramente. Este fenómeno, conocido como estancamiento o “plateau”, es completamente normal, pero puede frustrar a quienes no entienden por qué ocurre. En este artículo veremos las causas del estancamiento, cómo detectarlo y las estrategias más efectivas para superarlo y seguir progresando.

¿Qué es un estancamiento en la pérdida de grasa?

Un estancamiento ocurre cuando, a pesar de mantener la misma dieta y rutina de entrenamiento, los resultados dejan de avanzar. Es decir, no hay cambios significativos en el peso, el porcentaje de grasa o las medidas corporales durante varias semanas. Esto no siempre significa que estés haciendo algo mal, sino que tu cuerpo se ha adaptado.

Causas principales del estancamiento

  1. Adaptación metabólica
    Al perder peso, tu metabolismo se ajusta a un menor gasto energético. Cuanto menos pesas, menos calorías necesitas, por lo que el déficit inicial deja de ser efectivo.
  2. Menor NEAT (actividad no deportiva)
    Sin darte cuenta, te mueves menos cuando haces dieta o estás cansado. Esto reduce el gasto calórico diario sin que lo percibas.
  3. Exceso de restricción
    Dietas demasiado estrictas o muy bajas en calorías pueden ralentizar el metabolismo y aumentar la fatiga y el hambre, dificultando la adherencia.
  4. Falta de descanso y exceso de estrés
    Dormir poco o vivir con estrés crónico eleva el cortisol, una hormona que favorece la retención de líquidos y el almacenamiento de grasa abdominal.
  5. Entrenamiento monótono o sin progresión
    Hacer siempre lo mismo impide al cuerpo seguir adaptándose positivamente. Necesita nuevos estímulos para seguir avanzando.

Cómo superar el estancamiento

  1. Recalcula tus calorías
    Si has perdido peso, tu cuerpo necesita menos energía. Ajusta ligeramente tu ingesta (reducción de 100–200 kcal) o aumenta tu gasto físico.
  2. Incrementa el NEAT
    Camina más, sube escaleras, realiza tareas activas… incluso pequeños movimientos suman.
  3. Incluye un día de “refeed” o descanso dietético
    Aumentar moderadamente los carbohidratos un día a la semana puede reactivar la leptina y el metabolismo.
  4. Varía tu entrenamiento
    Introduce nuevos ejercicios, cambia la intensidad o prueba sesiones de HIIT combinadas con fuerza.
  5. Prioriza el descanso
    Dormir 7–9 horas por noche mejora la recuperación y equilibra las hormonas del apetito y el metabolismo.
  6. Evalúa el progreso más allá del peso
    Usa fotos, medidas corporales o porcentaje de grasa. A veces el peso se mantiene, pero la composición corporal mejora.

Ejemplo práctico de reajuste semanal

Objetivo: romper el estancamiento sin caer en la frustración.

  • Lunes: Fuerza (tren inferior) + 30 min caminata.
  • Martes: Cardio moderado (45 min).
  • Miércoles: Fuerza (tren superior) + HIIT 10 min.
  • Jueves: Día de descanso o yoga.
  • Viernes: Fuerza (full body) + paseo de 8.000 pasos.
  • Sábado: Día de refeed (más carbohidratos) + caminata ligera.
  • Domingo: Descanso activo.

Conclusión

El estancamiento es parte del proceso de pérdida de grasa, no un fracaso. Escuchar a tu cuerpo, ajustar las calorías y variar los estímulos son claves para seguir progresando. La constancia, la paciencia y la flexibilidad te permitirán romper cualquier plateau sin perder la motivación.

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